Yo he sido vegan por mucho tiempo ya y no me imagino
tener otro tipo de embarazo que no sea libre de lácteos o producto animal.
Pero, la historia de otras mujeres es diferente. Las personas se acercan al
estilo de vida vegan por diferentes razones y no todas necesariamente se
dirigen a un deseo de acabar con el maltrato en las granjas que promueve la ingesta de
carne y de otros productos lácteos: unas lo hacen para bajar de peso, otras
porque está de moda el estilo de vida orgánico, porque las actrices de
Hollywood lo están haciendo (weirdos), etc.
Hace unos días estaba viendo unos videos en You tube sobre
embarazos veganos y me encontré con uno que no me hizo ningún tipo de sentido.
Ella se hacía llamar vegan, pero cuando salía a comer a un restaurante comía
queso si no había más nada en el menú. No sólo ella, sino he leído de muchas
otras mujeres que durante su embarazo se dejan arrastrar por los antojos y
sucumben a quesos y carnes porque dicen no poder controlar el deseo.
Esto a mi me desconcierta grandemente y me alarma de la
misma manera. Vivimos en una sociedad de adictos, literalmente. No en un
sentido metafórico. No. Somos adictos a lo que nos han venido alimentando por
décadas y no reconocemos el límite ni podemos controlar a nuestros propios
cuerpos.
Leer el libro “Skinny Bitch. Bun in the Oven” por Rory Freedman y Kim
Barnouin, confirmó mis sospechas. En
su capítulo once llamado “Cravings: The monster inside” las autoras ligan los
antojos a los lácteos con la drogadicción. ¿Por qué? La leche de vaca contiene
trazos de morfina y la morfina, junto con la codeína, por ejemplo, son
naturalmente producidos en el hígado de las vacas y terminan en la leche que se
toma el humano. (187, traducción mía) La leche de vaca también contiene caseína,
una proteína que se rompe durante la digestión y libera opiáceo, sustancia
presente en el opio, que es un derivado natural de la morfina.
Las autoras también mencionan que la caseína
está presente en la leche materna y que se puede asociar el llanto de un recién nacido
no con el hambre sino con la necesidad de obtener nuevamente “la droga” que lo
hará sentirse mejor. La única diferencia entre esta caseína materna y la de la
vaca es que es normal que el recién nacido tenga este efecto sobre la leche de
su madre (asi como es normal que un becerrito quiera la leche de su madre) y la madre naturaleza se ha encargado de que los niños crezcan y se
desarrollen perfectamente sin necesidad de otro substituto.
Gente, cuando el bebé, naturalmente, deja
de lactar NO necesita la caseína más. Nosotros nos hemos programado para
necesitar el lácteo en nuestras vidas por la gran cantidad que consumimos. Las
autoras dicen que cuando una persona afirma que es adicta al queso: realmente y
químicamente esto es posible. Las personas pueden llegar a ser adictos al
queso.
Del libro voy a citar las hormonas y químicos
identificados en la leche de vaca que pueden contribuir a esta adicción:
- Prolactin
- Somatostatin
- Melatonin
- Oxytocin
- Growth hormone
- Thyroid-stimulating hormone
- Vasoactive intestinal peptide,
- Calcitonin
- Parathyroid hormone
- Corticosteroids
- Estrogens
- Progesterone
- Insulin
- Epiderman growth factor
- Erythropoietin
- Bombesin
- Neurotensin
- Motilin
- Cholecystokinin
Eres lo que comes. Y si has estado
consumiendo hormonas y drogas…pues.
Para mi los antojos son totalmente psicológicos.
Si tengo ganas de comerme algo y no puedo conseguirlo: no voy a morir, no voy a
llorar, no voy a matar a alguien. ¿Por qué? Porque yo controlo mi cuerpo y mi
mente. Querer comer algo dulce no significa siempre comer galletas y azucares
procesadas (que no vienen mal de vez en cuando), pero tu cuerpo también
necesita frutas que están naturalmente endulzadas y que le hacen mejor a tu
bebé.
Las
mujeres embarazadas y que quieren ser vegans con deseos de comer queso no
tienen excusas de sucumbir a un pedazo de pizza con queso “real”. Hay muchas
alternativas que sustituyen textura y sabor y que no contienen colesterol o
ningún otro tipo de hormona o droga.
Querer es poder.
Nota: Estudios dicen que las nauseas matutinas pueden estar ligadas a una reaccion natural del cuerpo para evitar que la mujer consuma alimentos que no son buenos para su embarazo. No lo dudo. La naturaleza es sabia.
Por cierto: yo no he tenido nauseas matutinas hasta el momento. ;)