Amor mío,
Eres un niño.
Y lo más importante: creces saludable dentro de tu pequeño mar. Te vimos el 22
de marzo y la alegría nos desfiguró la cara y las emociones. Era tanto el
descontrol que mis nervios no sabían si reír o llorar. Ni siquiera tenía el
valor de mirar a tu padre a la cara, porque sabía que su cara también se
desfiguraba y no quería interrumpir ese momento. Cuando Niki nos dijo que eras
un niño, podría jurar, que fue uno de los momentos más hermosos de mi vida.
Aunque tu género era completamente insignificante para nosotros, era la confirmación
de todo lo que ya sentíamos a través de tu energía divina. Ya te llamábamos por
tu nombre, pero ahora era más que real. Vimos tus movimientos, tus piernitas
como bailando, tus manitas acariciando tu cara…y tu cara. Hubo un momento que
en que sentí que a través del monitor podía mirarte a los ojos. Es inexplicable
tu perfección y desde ese día vivo enamorada de lo perfecta que es tu espina
dorsal.
Últimamente no dejas de moverte y ya papá te
ha sentido. A veces, en la noche, inconsciente y perdido en sus sueños, se
voltea y posa su mano sobre mi vientre. Yo sé que tú lo escuchas cuando te
habla, y si no, puedes sentir cuando yo estallo en carcajadas cuando lo hace. Tienes
el papá más amoroso y devoto a ti.
Te amamos,
luz divina...Todos. Todos los que han sentido tu milagro. Es un placer guardarte
en mi y protegerte.
Mamá
No comments:
Post a Comment